sábado, 14 de julio de 2012

Adolescencia

Eramos amigos compañeros compinches en todo Salíamos de clase hacia "el lavadero" un bar azulejado del piso al techo en el que simplemente prolongábamos nuestro tiempo. Lo pasábamos tomando café, submarinos, tostados y charlando Escribíamos poemas compartidos, cada uno una frase. Marcela hablaba de amores no correspondidos Pachu de encuentros misteriosos Vos de la libertad Y míos eran los finales felices y enamorados. La gente afuera apuraba el paso arqueba la espalda y fruncía la cara protegiéndose del frío de agosto. A nosotros no nos dolía nada y la tibieza que desplegábamos empañaba los vidrios y nos distanciaba de ese afuera helado. Por qué nos fuimos? Buscando qué? Queríamos saber, escuchar, preguntar convertirnos en ellos.... Había un lugar tan exclusivamente mío en aquel nosotros que nunca pude volver a encontrar. Eramos impresionante maravillosa, dulce y felizmente amigos No había que buscar nada más. Y la ternura aquella que nos prodigábamos siguió siendo una de las mejores respuestas de la vida. Hola! Te acordás? Tanto tiempo! Nos hablamos?

Adriana

Era una dama hermosa. Tenía un saberlo todo en la mirada. Hubiera sido mi amiga, y tal vez lo fue, cuando de algún modo, me llevó escaleras abajo, huyendo de la muerte de tu amor, de la que ella no pudo salir... sin morirse